Gastón VII de Moncada (reinado desde 1229 a 1290) se convirtió en vasallo de los duques de Aquitania y de la corona de Inglaterra. Sin embargo, intentará recuperar la independencia del Bearne a lo largo de su reinado sin acceder nunca a ella.
Al comienzo de la Guerra de los Cien Años, Gastón Febo, vizconde de Foix-Bearne (reinado de 1343-1391), creó el estado del Bearne en 1347, que también incluye el condado de Foix. Adquirirá la Bigorra y la Sola ampliando así el territorio. Europa pasa entonces por una época medieval de hambruna, enfermedad y guerra. Gastón Febo, apodado el Príncipe del Sol, reina sobre un estado próspero: restaura castillos, fortifica pueblos, construye bastidas.
El comercio se desarrolla particularmente con España. Los arroyos de montaña, lazos de unión entre los valles y el Piamonte Oloronés, se han utilizado desde la Edad Media como fuente de energía. La fuerza motriz de estos arroyos se utilizó en la fabricación de productos textiles (boinas, medias, mantas, etc.). Estos productos, así como la sal de Salies-de-Béarn, se exportaron a los países vecinos.
Al mismo tiempo se firma un tratado de paz, todavía vigente, entre el Valle de Roncal en España y el Valle de Barétous: la Junta de Roncal. Se celebra todos los años el 13 de julio, en el puerto de La Pierre Saint-Martin para continuar con los acuerdos pastorales de buen vecindario.
En el siglo XV, a la muerte de Gastón Febo, se crean los Estados del Bearne, aliados con el reino de Francia. Pau se convierte en capital del Bearne y Navarra por la unión de la reina Eleonora de Navarra y Gastón XI. El reino se extiende aún más bajo el reinado de Juan de Albret, casado con su hija Catalina y heredero de las tierras desde Lemosín hasta Andorra. Sin embargo, perdió la Navarra española a finales del siglo XV. Su hijo, Enrique II de Albret, fue coronado rey de Bearne y Navarra en 1517 e intentó recuperar la Navarra del sur sin éxito. Es un período próspero y dinámico por sus intercambios comerciales con España, Bayona y el Languedoc.