El Bearne, "Lo Biarn" como dicen aquí, es una tierra con una fuerte personalidad.
Al pasear por las ciudades y pueblos del Bearne podemos capturar la autenticidad de este colorido territorio. Durante todo el año, la región revela sus encantos a los viajeros que la vienen a visitar. Ubicado a solo 2 horas de Pamplona o a 3 horas de Bilbao y a tan solo 30 minutos de Jaca, este es un destino vacacional que incluye todo para los entusiastas del turismo de naturaleza y patrimonio
En el Bearne los pueblos han conservado sus viejos encantos. Navarrenx, Sauveterre-de-Bearn, Orthez, Salies de Bearn, Nay, Oloron Santa-Maria, son todas ellas ciudades con un pasado medieval. Los amantes del patrimonio se podrán dejar seducir por estos lugares donde la arquitectura de otra época se codea con la actual: museos, talleres de arte, castillos y antiguas fortificaciones.
La ciudad de Pau, capital bearnesa, se puede visitar a pie paseando por las antiguas calles que rodean el castillo donde nació el rey Enrique IV en el siglo XVI. Caminar por el Boulevard des Pyrénées es una invitación a descubrir los valles de Ossau, Aspe y Barétous.
El territorio de los Pirineos Bearneses, ubicado al sur de la región, está clasificado con la certificación “País de Arte e Historia”.
Cuando se visita el bonito barrio medieval de Sainte-Croix, que domina la ciudad de Oloron Santa-María, nos encontramos rápidamente hechizados por el estilo pintoresco de su arquitectura. La antigua casa que da a la iglesia románica del siglo XI nos llama la atención por su fachada de entramados de madera.
Es un barrio que cambia con las estaciones. En invierno, desde el paseo ajardinado de Bellevue, se pueden ver los picos nevados de los Pirineos. En primavera, las plantas reviven y vuelven a decorar la ciudad, en verano las flores invaden las calles y en otoño todo el distrito se tiñe de colores ocres y naranjas.
Encontraremos la hermosura de los pueblos de los Pirineos Bearneses durante todo el año.
El arroyo que atraviesa el valle de Aspe nos guía a muchos pueblos donde se revela su pasado medieval. Entramos en otra época visitando los antiguos pueblos de Bedous, Osse en Aspe, Cette, Lescun y Borce. Mientras paseamos por el pueblo de Bedous, caminamos por las calles y pasajes florales, organizados alrededor de la plaza del pueblo. Este es el lugar donde todos los jueves, productores y artesanos se reúnen para el mercado donde se pueden descubrir y degustar las muchas especialidades locales.
En el valle de Barétous, nos llamaran la atención las casas de cantos rodados de los arroyos de montaña y sus tejados de pizarra, características de los pueblos y aldeas de esta región. Muchas excursiones y paseos señalizados permiten a los visitantes explorar el territorio mientras disfrutan de las vistas del verde paisaje del valle. En el recodo de un camino se puede encontrar otro tesoro, un antiguo molino, un lavadero o una iglesia. También podemos subir un poco e ir la Pierre Saint-Martin para hacer bellos descubrimientos. En verano, los pastores reciben a los visitantes en sus cabañas pastorales y les muestran su profesión y sus conocimientos.
Una visita a los pueblos y aldeas de los Pirineos Bearneses nos permite descubrir una herencia excepcional y una naturaleza sorprendente a la vez que disfrutamos de la acogida cordial de los habitantes de este país tan entrañable.
La página web de la Oficina de Turismo será tu guía y te brindará toda la información útil para programar tu visita a los Pirineos Bearneses.